Para abordar este tema es preciso primero saber de que
estamos hablando cuando decimos “Transgénero”. Este es un término genérico que se emplea para describir a personas que
en diferentes formas se identifican con el género opuesto al de sus
características fisiológicas de nacimiento. En ese sentido, su identidad es
transgénero. Dentro del transgénero se encuentran conceptos derivados que
corresponden a la clasificación de distintas identidades de género, entre los que
se encuentran; la androginia, que se refiere a un individuo que exhibe
rasgos externos que no son propios ni del sexo masculino ni del femenino,
entrando así en un término intermedio; el cross-dressing (travestis o
dragqueens) que se refiere a hombres y mujeres biológicos que se presentan a
tiempo parcial como miembros del otro sexo principalmente por motivos de
entretenimiento y trabajo (Estas personas no necesariamente se identifican como
transgénero); el intergénero, en el cual las personas se ven a sí mismas como
masculinas y femeninas y creen que caen fuera de la construcción binaria de
“masculino” y “femenino”; y la transexualidad que caracteriza a aquellas
personas que se identifican como miembros del sexo opuesto al que nacieron y
quieren vivir a tiempo completo perteneciendo a ese género. Estas personas se
someten a cambios hormonales o quirúrgicos para modificar su fisionomía innata.
Se me ocurrió plantear este tema ya que, a pesar de
ser algo que se encuentra más aceptado que en la modernidad solida, estas
personas siguen siendo rechazadas y muchas veces hasta tomadas como objeto de
burla. Esto sucede porque al vivir en una sociedad, se establecen reglas determinadas
que uno “debe” seguir, como por ejemplo, con quien relacionarse, como vestirse,
que rasgos poseer, etc y al quebrarlas, al hacer algo diferente, muchos de
nosotros nos vemos horrorizados con aquellos. Uno diría que es normal tener
relaciones sexuales con alguien del sexo opuesto, poseer los mismos rasgos
desde el nacimiento hasta la muerte pero la realidad es que aquella normalidad la
creamos nosotros y es por eso que las cosas podrían ser de otra manera, nadie debería
decirle a otra persona como ser, que hacer o como vestirse porque después de
todo somos todos “libres”.
Muy buen tema Micaela. Vamos a tener una unidad de la materia específica sobre la sexualidad y el género desde un punto de vista social, en la que vamos a poder profundizar algunas de las cosas que compartís acá. Estoy de acuerdo en que la modernidad líquida flexibiliza la idea de que es natural que seamos heterosexuales y que muchos otros tipo de orientaciones e identificaciones de sexo y género, son más aceptadas que antes. Como bien decís, no lo suficiente y muchas personas sufren (o mueren) por eso.
ResponderEliminarTengamos en cuenta que para alguien que está identificado en una posición tradicional (soy varón heterosexual, soy mujer heterosexual) el solo hecho de que existan y se muestren otras opciones, pone en crisis esa supuesta identidad. Ahí creo que tenemos que ver los ataques ("son enfermos, anormales, monstruos, pecadores, etc") a las personas trans.
Micaela, resulta interesante analisar sexualidad. Personalmente pienso que es muy dificil para un sociedad aceptar estas variaciones y va a llevar muchos años hasta que esto se normalize. Oi en la tele que en 300 años el 90% de la gente va a ser bicexual.
ResponderEliminar