“La
religión es el opio del pueblo” decía Karl Marx en su publicación en 1844
llamada Contribución a la Crítica de la
Filosofía del Derecho de Hegel. Él trató de explicar con esta frase que la
religión existe para soportar la infelicidad del proletariado que trabaja
incansablemente por un mínimo salario para producir las grades riquezas de los
burgueses.
Yo
trato de relacionar esta famosa frase con el Islam y el terrorismo. Por lo
general, la mayoría de los terroristas musulmanes son lo que son debido a que
solo quieren hacer valer los principios de su religión. Se entiende que los
terroristas que cometen atentados y saben que morirán durante o al final de su
transcurso creen firmemente que deben hacerlo por su dios Alá, y vivirán mejor
en otro mundo.
Este
concepto de la religión es abusado por los líderes de estos grupos, que lo
único que quieren es dinero, armas, y crear miedo en el occidente por los
hechos que las grandes potencias han cometido por petróleo en el Medio Oriente.
A
quién deberíamos culpar por los atentados: al grupo terrorista que venga las
invasiones occidentales a sus tierras por conflictos ajenos, o a las grandes
potencias que se meten en estos conflictos ajenos a ellas y generalizan a todos
los musulmanes como terroristas para destruirlos con un simple motivo.
Lucas, que interesante conexión que hiciste entre la frase de Marx y los hechos que tomaron lugar en Francia hace unos días, para entender todo lo sucedido hay que tener en cuenta que en culturas como la Siria la religión esta muy arraigada en su población, no existe la separación entre religión y estado, los lideres políticos son también lideres religiosos.
ResponderEliminarLucas, interesante planteo, creo que la religión es algo muy fuerte para este tipo de países donde realmente creen que están allí para cumplir sus tareas en la tierra para luego al morir ir a un lugar mejor, al que según sus hechos en vida, Ala decide que les otorga.
ResponderEliminarcreo que nuestro punto de vista es así ya que, no coincidimos con nustra ideologia.
pero al mismo modo creo que no se justifica lo sucedido en Francia.
saludos Maria
Interesante conexión Lucas. De todas maneras creo que en este caso, el opio/religión no es (como en la frase de Marx) lo que impide a los pueblos ver la realidad material de explotación a la que están sujetos, sino que la religión (o una forma de interpretarla de un pequeño grupo) se convierte en una excusa para acumular capital y poder político.
ResponderEliminarlucas, me parece que la religion en este tipo de paises es clave en el estado. como estan tan arriagados a la sociedad, estos mismos no se dan cuenta de esta dependencia a la religion que tienen. como esta ligada al poder politico y material tambien.
ResponderEliminarme parecio interesante la relacion que podemos tener con los hechos sucedidos en francia, cuando ellos se ven amenazados por algo atacan, amenazan a su religion, a su pais, etc.
Lucas yo creo lo mismo que vos, estos terroristas usan su religión y difunden esta mentira sobre que, todo lo que hacen es por el dios Ala, lo hacen por beneficio propio, porque saben que conseguirán dinero, armas, etc. La culpa es de los dos lados que buscan satisfacerse, porque la realidad es que Francia ataco Siria, supuestamente para matar a miembros de la ISIS.
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ResponderEliminarEl fanatismo religioso es un fenómeno que, combinado con otros factores de carácter económico, político e ideológico, puede tener consecuencias desastrosa como las que estamos viviendo en la actualidad donde hombres y mujeres se inmolan por Alá. Hoy el Papa Francisco, en el comiezo de su viaje a Africa dijo “la desesperanza nacida de pobreza y frustración alimentan el terrorismo”, a quien deberíamos culpar, al que muere por sus ideales o al que los alimenta?
Lucas, muy interesante tu planteo, creo que éste será el problema más dificil de resolver de ésta época. Los fanatismos religiosos son muy dañinos como cualquier otro fanatismo ideológico que no tolera las libertades o las disidencias. Y recuerdo que además el Papa Francisco dijo que no se puede matar en nombre de ningún Dios.
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