Hasta ahora, tanto en el mes de marzo como en el de abril me paso lo mismo. Llegó el 20 y eran las ocho de la noche y yo seguía sin saber de que hablar. La realidad es que esto resultaría difícil de entender si nos dan la libertad de hablar sobre lo que queramos. Yo creo que el problema no esta en hablar de algo que me interese o me guste, yo creo que el problema inicia a la hora de darle un enfoque sociológico. Esto es así, porque como lo hablamos en clase, es muy difícil salir de la posición que mantiene uno y ver lo que realmente pasa. Todos vivimos en nuestro mundo personal y elegimos ver lo que queremos y ninguno quiere ponerse a analizar aquello que esta mal o lo que nos rodea porque a la hora de profundizar nos damos cuenta de las cosas que tal vez anteriormente no queríamos reconocer. Darle un enfoque sociológico a las cosas nos hace pensar en nosotros, en como somos y en que mundo vivimos, pero nos encontramos tan amoldados, que no nos resulta fácil analizar la posibilidad de un cambio. Preferimos juzgar, criticar, hablar sin saber, quejarnos, vivir bajo un régimen, adoptar costumbres, posiciones, obedecer, consumir, pertenecer a un sistema, y no ponernos a pensar que hay mas allá, porque esto es así o si siquiera nos gusta como son las cosas. En mi caso personal, a la hora de ponerme a analizar nuestra sociedad me dan ganas de exiliarme a una isla, escapar a un lugar lejano donde no haya nadie y donde pueda librarme de las etiquetas, de aquellas personas que juzgan, librarme de ser robot de un sistema, de tener que seguir un tipo de vida para ser aceptada, y muchas otras cosas, porque siento que es algo que nunca va a terminar y porque no puedo ver la libertad en todo esto. Analizar las cosas nos ayuda a mejorar, a hacer un cambio y ver que es lo que hacemos mal pero la realidad esta en que muy pocas personas se encuentran dispuestas a analizar esto, porque todos elegimos vivir en nuestra burbuja.
muy interesante tu nota micaela, totalmente de acuerdo con vos, es muy difícil que a la hora de opinar sobre algo seamos objetivos con el tema tratado, sino que cada uno ya tiene una inclinación a una idea especifica. es difícil salir de las ideas que nos cuentan nuestros padres en la cena, siempre nos basamos en que nos cuentan y no buscamos mas sobre lo hablado, sino que nos quedamos con un solo punto de vista. si quieres te acompaño a la isla, nos vendría bien unas vacaciones.
ResponderEliminarMicaela este mes hemos escrito algo similar, lo que no coincido con vos es la parte en la expresas tus deseos de mudarte a una isla, como si fuera la única escapatoria, yo creo fielmente que hay otras maneras, como empezar a juntarse con gente con perspectivas diferentes a las nuestras, ayudar al prójimo sin pensar en el beneficio personal, dejar de ser tan materialistas, agradecer lo que ya tenemos, y dejar de pensar que el único triunfo en la vida es ganar dinero.
ResponderEliminarMuy buena reflexión Micaela. Efectivamente, tiene similitudes con la nota de Lucía, pero también con la tuya del mes pasado. Es más fácil juzgar que pensar, tener una posición que revisarla.
ResponderEliminarVamos a tratar de ver por qué. Primero: es menos trabajo, sólo tengo que escuchar por arriba qué se opina o qué se dice sobre tal o cual cosa y seguir esas tendencias. Segundo: tiene más beneficios, los demás me van a felicitar por pensar como ellos, me van a apreciar y me voy a sentir querido o importante. Si me pongo a analizar lo que hacen, no les va a gustar, me van a criticar y a despreciar, sobre todo si mis conclusiones hieren sus puntos de vista. Tercero: esos otros están en mí, es decir, puedo herir mi propia identidad y mis propios prejuicios.
La isla no está mal como metáfora, es necesario tomar cierta distancia, como siempre decimos, si uno quiere analizar la sociedad en la que vive. Por eso comenté a principio de año que la dificultad de esta ciencia, es que nosotros somos el sujeto y el objeto de estudio.
Entiendo la crisis posible, pero me parece que las ventajas de poner en riesgo la identidad propia, son también enormes, la vida se vive con otra intensidad si yo soy un actor que puede cambiarla y transformarla, en lugar de ser un espectador de una película que otros escribieron por mí.